
Algunos de los síntomas de la condición conocida como "Síndrome de Asperger" (relacionada con el autismo) -tales como la necesidad de rutina y resistencia para cambiar- podría estar vinculados a los niveles y a la concentración de la hormona conocida como cortisol.
Esta molécula está relacionada con el estrés. Así lo sugiere nuevas investigaciones realizadas por profesionales de la inglesa Universidad de Bath.
Normalmente, las personas tienen un aumento de la concentración de esta hormona pocos instantes después de despertarse. Y, a lo largo del día, los niveles de su concentración tienden a disminuir gradualmente.
Los científicos piensan que este aumento en la concentración es la clave que enciende una especie de alerta en el cerebro y prepara al cuerpo para la actividad del día. Es, también, la responsable de ayudar a la persona a ser consciente de los cambios que ocurren a su alrededor.
Sin embargo, un estudio dirigido por el Dr. Mark Brosnan y la Doctora Julie Turner-Cobb del Departamento de Psicología de la Universidad de Bath y el Dr. David Jessop de la Universidad de Bristol, en Inglaterra, ha comprobado que los niños diagnosticados con "Síndrome de Asperger" (AS) no experimentan este incremento hormonal.
Los investigadores creen que este hallazgo puede ayudar a explicar el por qué las personas que sufren esta afección tienen dificultades para lidiar con cambios menores en su rutina cotidiana o con cambios en su entorno.
El estudio se publicó en la revista científica Psychoneuroendocrinology Brosnan explica que "el cortisol pertenece a una familia de hormonas relacionadas con el estrés y que actúa como un sistema de "alerta" que se encienden desatada por alguna situación estresante. Y su función es permitir a la persona reaccionar rápidamente ante los cambios que le suceden.
"En la mayoría de las personas, su sede lo siguiente: se registra un incremento que eleva al doble los niveles usuales de esta hormona. Y esto ocurre en los primeros 30 minutos de la mañana, tras el despertar. Luego, a lo largo del día, su nivel de concentración va disminuyendo gradualmente como parte del metabolismo normal del cuerpo".
"Pero nuestro estudio comprobó que los niños con AS no registran este pico matinal, aunque los niveles de la hormona si disminuyen durante el día, como ocurre en las personas sanas".
Y, aunque todavía son los primeros pasos de este tipo de investigaciones, esta diferencia en los niveles de concentración de la hormona del estrés podría ser un hecho realmente importante para explicar el por qué los niños con AS son menos capaces de reaccionar y frente a cambios inesperados.
El siguiente paso de la investigación será comprobar si los niños que padecen otros tipos de autismo también registran este evento de falta de cortisol tras el despertar.
Esta investigación puede ayudar a los investigadores a tratar mejor los síntomas del Asperger si este es una posible respuesta problemática ante el estrés en lugar de un problema relacionado con el comportamiento. Algo que podría ayudar a los padres y médicos a desarrollar nuevas estrategias de tratamiento.
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